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PUBLICIDAD PERSONALIZADA, SIMPLE Y ¿BARATA?

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En una pequeña tienda parece que la forma más habitual de hacer publicidad se reduce a sota, caballo y rey, limitándose a unas pocas opciones que son por lo habitual caras para la efectividad que pueden tener. Por citar algunas están:

• Carteles: Hechos a mano o en imprenta, se colocan generalmente en el propio local y sirven para apoyar la visibilidad del escaparate
• Folletos: Que pueden repartirse, buzonearse o entregarse en la misma tienda
• Publicidad en medios de comunicación: ya sea radio, diarios,... su impacto real es poco conocido

Todas estas formas de publicidad tienen dos características:

1. Que no siempre se recibe el estímulo cerca de la tienda o cuando se está de compras
2. Que no discriminan

¿Qué significa discriminar y por qué es importante?

En el mundo de la publicidad discriminar supone enviar la publicidad a destinatarios concretos. Un ejemplo de discriminación sería que una tienda de puericultura quiera comunicar con parejas con hijos pequeños o que están a punto de tenerlo. Se trata de enviar la publicidad a aquellas personas que más les puede interesar, a las personas que es más fácil que la aprovechen y compren.

¿Cómo puede discriminar una tienda pequeña?

Hay varias opciones para discriminar, una de las más comunes es la de tener una base de datos de la clientela y usar esos datos para hacer una publicidad segmentada, ya sea dirigida a mujeres, a mayores de tal edad,...

Sin embargo este sistema tiene dos pegas

• La primera surge a la hora de recoger los datos, hay que pedirlos y esto no es siempre fácil. Hay personas que no quieren facilitar sus datos y mucho menos que se usen para enviarles publicidad
• La segunda es que la publicidad que se recibe de esta manera no es solicitada, es la tienda la que decide por su cuenta enviarla y esta comunicación puede ser no deseada por la persona que la recibe

¿Hay alguna forma de superarlas?

Sí, la manera de lograrlo es consiguiendo que sean las mismas personas las que faciliten sus datos y que al mismo tiempo acepten recibir la publicidad.

Así dicho parece imposible, si ya es difícil pedir los datos a una persona ¿qué puede hacer que acepte también recibir publicidad de nuestra tienda?

La respuesta está en su teléfono, el móvil. Hoy en día es raro encontrar a alguien que no disponga de uno de estos aparatos y gracias a él es posible conseguir este doble propósito, ¿cómo? hay empresas que facilitan estos sistemas y aquí está la explicación de cómo funcionan:

• Lo primero es pedir los datos y el permiso, eso se hace por medio de una app que se instala en el teléfono. Es la parte más complicada del proceso y el comercio tiene que promocionarla para conseguir el máximo número de descargas, ya sea con premios, promociones, ofertas,... lo que sea
• Se colocan en la tienda unos receptores que detectan los teléfonos con app en un radio determinado
• Se definen los mensajes para cada tipo de receptor, en este punto se pueden usar los datos facilitados para discriminar estos mensajes y ya sólo queda esperar

¿Cuándo se mandan los mensajes?

En el momento los receptores detectan un teléfono lo identifica y si está dentro de la lista de envío le hace llegar un mensaje con una oferta personalizada. Con las ventajas añadidas de que la persona que lo recibe está interesada y está cerca de la tienda, Lo que aumenta las posibilidades de que entre a comprar.

De esta manera se está enviando publicidad personalizada, simple, al momento y barata. Y como el radio de acción de los detectores es reducido se hace cuando la persona que la recibe está cerca del local y, probablemente, de compras.

AUTOR:
Borja Escalona
Técnico de Comercio
Oficina Técnica de Comercio de Gernika-Lumo: Elaboración propia

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